"El bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace mas ruido que una caricia pero por cada bomba que destruye, hay miles de caricias que alimentan la vida. Vale la pena, verdad?"
La triste noticia nos sorprendió, mucha gente lloró su asesinato aún sin conocerle personalmente. Cuando algo querido se pierde, lágrimas caen sobre el corazón.
Pero los mercenarios ni con 26, ¿o fueron 28? balas en su cuerpo pudieron matar el sonido de su guitarra, el verso en su voz, la claridad y belleza de sus poemas, tampoco la denuncia de la violencia, menos su anuncio de que la vida vale ! A ellos, escondidos en la sombra de su impunidad Facundo les dice:
"No hay muerte, hay mudanza, del otro lado nos espera gente maravillosa", dudo que ellos la verán.
Pobres mercenarios, el mundo los condena y repudia su trabajo perverso, ustedes dan lástima, consiguieron acallar el latido de su corazón pero su recuerdo sigue latiendo porque su vida fué un servicio a la vida y ella se enriqueció con su inteligecia y creatividad. El secreto fué su amor, eso que a ustedes les faltó.
"Dios te puso un ser humano a tu cargo, eres tu mismo, tu tienes que hacerte libre y feliz, después podras compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Reconcíliate contigo, ponte al frente del espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios"
Pobres mercenarios, ustedes son muertos aunque vivan, son muertos porque al matar demuestran que sirven a la muerte, no a la vida como aquel que cayó bajo sus balas. Muertos porque carecen de dignidad, respeto propio y valoración humana. Aquel que quisieron matar hoy les dice en el escondite de su impunidad:
"Un solo hombre que no tuvo ni talento para vivir, mandó matar seis millones de judíos"
¿Dónde esta vuestro talento? en vuestra puntería? en vuestro cobarde coraje? en vuestra destreza criminal? es eso talento? podrá llamarse talento al horror?. El talento estuvo en aquel que quisieron matar y no pudieron porque erraron el blanco y no pudieron poner fin a su música, sus palabras, su sonrisa, su claro mensaje en favor de la paz y la dignidad humana, la prueba es que su voz sigue sonando y repite: "Ama hasta convertirte en lo amado, mas aún hasta convertirte en el mismo amor y que no te confundan unos pocos homicidas"
Se llamó Facunfo Cabral su vida nos dice que la fe es posible, nos deja sus cuentos y poesias, sus canciones y frases cargadas de sencillez y sabiduría.
Hoy, junto con Mercedes Sosa, con Piazola, con Atahualpa, Alfonsina, con Pablo Neruda, Borges, Ernesto Sábato y una larga lista, te aplaudimos y decimos gracias por tu vida. En esperanza me juego que allá nos veremos.
Aldo M. Etchegoyen
Buenos Aires - julio 2011
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